miércoles, 6 de julio de 2011

Cuando nunca empezó...

"Lo pimero que le vino a la cabeza no fue el día que conoció a su marido si no la mañana en que se levantó tarde y, descalza, lo buscó por toda la casa. Con los años todos los recuerdos de su vida conyugal se habian concentrado en aquellos pocos instantes, como si el tiempo compartido con su marido no hubiera sido sino el preludio del fin..."

La soledad de los números primos. P 161

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